El
robo, la manipulación
y
la
apertura
ilícita
de
productos
en
el
punto
de
venta
genera
grandes
pérdidas
para
las
empresas.
Además
de
ser
robados
muchos
productos
de
los
que
son
manipulados
pasan a ser invendibles.
Una
solución
sencilla
para
estos
problemas
de
robo y violabilidad
son
las
etiquetas
de
seguridad,
de las que hay tres grandes grupos: anti-manipulación, anti-hurto y
anti-falsificación.
Las
anti-manipulación,
permiten
evidenciar
la
apertura
o
manipulación
no
autorizadas,
pudiendo
distinguir:
- Las etiquetas precinto que son realizadas en materiales frágiles que se rompen al realizar la apertura. Son muy utilizados en mercados como el farmacéutico, químico, cosmético, etc.
Etiquetas precinto
- Las etiquetas destructibles, realizadas en materiales que, combinados con un adhesivo muy fuerte, se rompen con facilidad ante un intento de manipulación, o se deforman, siendo imposible despegar la etiqueta sin perder mucho tiempo y sin dejar restos.
- Las etiquetas “VOID”, que dejan un mensaje indicador al despegarse, mensaje que no es visible mientras la etiqueta permanece pegada. Es imposible volver a pegar la etiqueta para dejarla del modo en el que estaba antes de su manipulación. Se ha evolucionado en el diseño de estas etiquetas pudiendo llegar a personalizar el texto y el color del material.
Etiqueta VOID |
- Holografías: imágenes en 3D personalizadas.
- Tintas invisibles: se imprimen textos o imágenes invisibles al ojo humano, pero al aplicar luz se ve igual que los billetes.
- Códigos ocultos: se encriptan códigos dentro de una imagen.
Las
etiquetas de seguridad más
conocidas
son
las
anti-hurto.
Estas
etiquetas
van
adheridas
a
todo
tipo
de
productos
en
las
propias
etiquetas,
bajo
ellas,
en
los
packs...
Las
más sencillas, llamadas electromagnéticas, se componen de una
antena receptora. Las más complejas son las de radiofrecuencia y
constan de una antena y un chip en el que se recoge información del
producto. No suelen verse afectadas por la presión ni los imanes y
ponen en marcha la alarma cuando no se desactivan al pasar por caja.
Un
ejemplo son
las
etiquetas
RFID
que
utilizan
la
tecnología
de
Identificación
por
Radiofrecuencia.
Este
sistema
equipa
a
la
etiqueta
con
un
chip
identificativo
programable y
una
antena
que
puede
ser
insertada
en
una
gran
variedad
de
soportes,
incluidas
las
etiquetas
convencionales.
De
esta
forma
los
artículos
pueden
ser
identificados
a
distancia
mediante
un
lector,
que
envía
los
datos
a
una
base
para
su
tratamiento.
La
lectura
es
inequívoca
para
cada
artículo,
sin
necesidad
de
contacto
visual
y
pudiendo
leer
varios
artículos
a
la
vez.
Todas
estas etiquetas son personalizables en el frontal, haciendo que
puedan ser una parte más del packaging.
No hay comentarios:
Publicar un comentario