Con motivo del 40 aniversario de la aparición del primer código de barras estandarizado, queremos echar la vista atrás para recorrer la historia de uno de los grandes avances en materia de gestión y control de inventarios. Los primeros códigos de barras surgieron en los años 40 como respuesta a la necesidad de control de los productos que entraban y salían en los supermercados.
Los estudiantes Bernard Silver y Norman Joseph Woodland fueron los primeros en interesarse por resolver este problema.
Inicialmente crearon un sistema de tarjetas con tinta sensible a los rayos ultravioleta, pero resultó poco fiable y muy caro de llevar a la práctica.
Inicialmente crearon un sistema de tarjetas con tinta sensible a los rayos ultravioleta, pero resultó poco fiable y muy caro de llevar a la práctica.
Empezaron a trabajar entonces en un "método de clasificación de productos mediante reconocimiento de formas”. El primer prototipo fue una serie de círculos concéntricos con barras de distintos anchos en su interior. Pronto lo modificaron a un patrón de línea recta con cuatro líneas blancas sobre un fondo oscuro.
Patentaron su sistema el 07 de octubre 1952 en EE.UU y rápidamente apareció el problema de estandarizar el metodo.
En 1973 en EEUU se creó el UPC (Universal Product Code) que contaba con 12 dígitos. Se pensó originalmente para su aplicación a nivel nacional, pero al ver el buen resultado, entidades europeas lo aplicaron añadiendo un dígito más. De ahí surgió el EAN Internacional constituido en Bélgica en 1977.
El primer uso industrial que se le intentó dar al código de barras fue en la Asociación de Ferrocarriles Americanos, etiquetando los vagones, pero por muchos motivos no funcionó.
Fue en la General Motors donde se aplicó con éxito por primera vez para el control de inventarios de los automóviles.
Este tipo de códigos se denominan códigos lineales y su longitud y cantidad de números varía según la función que se les asigne o el lugar donde se apliquen.
Con los años el código de barras ha evolucionado hasta los bidimensionales o bidi, que tienen capacidad de almacenamiento de datos. En este grupo se encuentran los códigos QR.
Los QR, son de forma cuadrada, y permiten su lectura desde cualquier grado y a gran velocidad. Existen ya programas que permiten la lectura de estos códigos desde cualquier teléfono o tablet, lo que hace su uso muy extendido. Puede utilizarse para publicidad, promociones, inventarios o para aportar todo tipo de información sobre el producto.
Otra evolución de los códigos de barras es el RFID, un sistema de identificación por radiofrecuencia, su uso es menos extendido debido a la necesidad para su funcionamiento de etiquetas de identificación, lectores y antenas. Se pueden aplicar para identificación de pacientes en hospitales, control de inventarios online, antihurto o controles de acceso.
Hablamos también de las etiquetas RFID en el post Etiquetas de seguridad
Si te interesan los códigos QR tienes má información en en los post Etiquetas con QR y Códigos QR sin límites.
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Si te interesan los códigos QR tienes má información en en los post Etiquetas con QR y Códigos QR sin límites.
